1. Presentación
“Los conocimientos no deben ser introducidos dentro de la cabeza de los niños. Por el contrario, mediante la información existente, los conocimientos deben ser percibidos por ellos como consecuencia de sus razonamientos” María Montessori
A través de su Modelo Pedagógico el Colegio articula los procesos del enseñar, el aprender y el evaluar con “la formación del ser para la vida”, impulsando para ello, una relación significativa permanente entre: el sentido de la educación, lo pedagógico y lo académico con la vida misma que se vive dentro de él.
2. Premisas básicas de la formación en el Colegio Montessori
Son varias las premisas que orientan la acción educativa del Colegio, pero todas ellas se encadenan en la concepción de la educación como un proceso de humanización cuyo fin es “ser más en todo sentido”.
En esta perspectiva, la gran responsabilidad es el “formar para la vida, asumir que lo que un niño o niña será en el futuro depende en primer lugar del afecto y devociónde sus padres, en segundo lugar de la intervención de quienes sean sus profesores, para lo cual, se reconoce cada momento del desarrollo del estudiante y a partir de ello, se efectúan intervenciones diferentes con la finalidad de promover y acompañar su formación integral.
En esta tarea formativa, los ejes que fundamentan el Modelo y que dan respuesta a la pregunta sobre ¿cómo se educa en el Colegio Montessori? , tienen su base en un grupo de aprendizajes:
- Aprender a ser
- Aprender a convivir
- Aprender a hacer
- Aprender a Emprender
- Aprender a Conocer
3. Enfoque pedagógico
Desde las diversas fuentes conceptuales que apoyan el Modelo se focaliza un grupo de puntos en común que aportan y apoyan en la acción educativa institucional:
- El desarrollo de la dimensión intrapersonal.
- La preparación para el trabajo individual y en equipo.
- La creación de ambientes pedagógicos agradables, con orden permanente.
- La educación en la disciplina interior.
- El aprendizaje centrado en la conexión entre habilidades: cognitivo, afectivo, psicomotriz.
- El respeto e impulso de los ritmos de aprendizaje.
- La valoración del momento y calidad de las interacciones entre los estudiantes.
- El desarrollo de clases estructuradas que incluyen como componentes: la motivación, la dinamización de estructuras mentales, la apropiación del aprendizaje desde los elementos: afectivo- cognitivo- expresivo.
- El avance en los procesos de internalización, base de la autonomía.
- La educación en medio de la Interacción como principio y escenario.
- El trabajo intencional con las competencias afectivas de los estudiantes.
- El equilibrio entre la relación: desarrollos académicos- vida interior.
- El mantenimiento de una exigencia basada en principios claros.
En el Colegio Montessori la labor de formación de los educandos tiene su centro en el desarrollo integral del ser humano a partir del uso de metodologías activas, desde las cuales se reconocen como estrategias:
El desarrollo de la enseñanza y el aprendizaje como procesos dinámicos, en los que tienen un gran privilegio la calidad de las interacciones que se establecen en medio de un ambiente preparado y dispuesto para el aprender, donde el afecto y el diálogo son componentes primordiales.
Desarrollo de una “Enseñanza” con propósito, lo que supone una organización eficiente desde el punto de vista curricular y pedagógico, claridad en los propósitos, lecciones estructuradas y una práctica adaptada a las necesidades de los educandos.
La interacción y acción mediadoras desde la relación entre padres y maestros para generar la colaboración hogar-colegio mediante una participación ordenada y fecunda de los padres de familia en el aprendizaje de sus hijos.
La promoción del trabajo en la potenciación y dinamización de las habilidades de pensamiento, la lectura, la escritura, las nuevas tecnologías y la vivencia de los valores, como bases de la construcción del saber, el desarrollo cognitivo y el fortalecimiento de la autonomía.
La promoción de la participación y del trabajo personal, partiendo en principio del valor del trabajo individual y del compromiso que este tiene en la calidad del trabajo en equipo.
La integración de la evaluación en el proceso pedagógico como un componente intencional, contextualizado y sistemático que permite mantener un seguimiento formativo para alentar el desarrollo personal, respetando e impulsando los ritmos individuales de desempeño a partir del continuo análisis de procesos y resultados.
La aplicación de un reforzamiento positivo mediante una disciplina clara y justa apoyada en procesos de retroalimentación definidos, en los que tienen privilegio el mantener expectativas elevadas, es decir, confianza en las posibilidades de los alumnos y los profesores.