Miguel José Álvarez Velásquez, es egresado del año 2016 del Colegio Montessori y es una prueba de que la pasión por la música y la excelencia profesional pueden coexistir. Desde que salió del Colegio, su camino ha sido una mezcla de disciplina académica y una inquebrantable dedicación a la música, una "llama ardiente" que, como él mismo dice, "sigo intentando alimentar".
Tras graduarse, Miguel inició sus estudios en Ingeniería Civil en la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá. En 2021, en los últimos semestres de su carrera, dio el salto a Europa para realizar una doble titulación en el Instituto Nacional de Ciencias Aplicadas (INSA) de Lyon, Francia. Complementó esta formación con un máster en Ciencias del Agua.
Sus estudios culminaron en julio de 2023, y desde entonces se ha desempeñado como Ingeniero Civil en la firma ING' Europ. Miguel atribuye gran parte de su éxito a los valores inculcados por el Colegio Montessori y dice que desde el colegio aprendió a ser riguroso en su hacer y a desempeñarse de manera aplicada y para servir a la sociedad. Miguel considera que la formación recibida en el colegio y en su hogar lo preparó para entender que actuar de manera colectiva y construir un mejor país es fundamental.

El legado Montessori: Idiomas y recuerdos
Miguel considera que el Colegio Montessori le dejó un valioso legado. El inglés, en particular, le ha sido de gran ayuda para desenvolverse sin problemas en cualquier contexto. Además, el francés aprendido en el colegio le permitió viajar a Francia sin la presión de tomar cursos adicionales, ya que las certificaciones que obtuvo durante su etapa escolar fueron válidas para su doble titulación.

Para Miguel, el colegio fue "una de las épocas más felices de mi vida", una etapa en la que sintió que le sacó "todo el jugo a la experiencia" dando siempre lo mejor de sí. Con gran cariño, recuerda a personas como Myriam Montes, Carlos Julián Palacio, Marce Bernal, Marce Aristizábal, Beatriz Restrepo, Ángela Martínez y María Elena Uribe. También guarda un recuerdo especial del personal de la cafetería y de las señoras de servicios generales, quienes con complicidad le prestaban los salones de música para que pudiera practicar violín después de clases.
La música como pasión de vida
La música siempre ha sido una parte esencial de la identidad de Miguel. Desde niño, se le escuchaba tarareando canciones en el colegio. Su viaje musical comenzó formalmente en tercer grado, cuando aprendió a tocar el barítono. Dos años más tarde, descubrió su verdadero amor en el violín, instrumento que su madre le compró y con el que, bromea, "era la tortura de todos en su casa mientras aprendía". Con el tiempo, tomó clases particulares con la maestra de EAFIT, Braunwin Sheldrick, perfeccionando su técnica.
Durante su tiempo en la orquesta del Colegio, llegó a ocupar el primer violín y también se interesó por el canto. Ya en la universidad, se unió al coro de la Universidad Nacional y, al llegar a Francia, se integró a la orquesta y coro de su nueva institución. Para acompañarse mientras canta, recientemente ha comenzado a tomar clases de guitarra.
En cuanto a sus planes para el futuro, Miguel sueña con seguir adquiriendo conocimientos técnicos en su vida profesional, buscando siempre responder a las necesidades de su entorno. Y por supuesto, seguirá alimentando su pasión por la música, una parte inseparable de su ser.

Para conocer más sobre Miguel y escuchar su música, puedes visitar su perfil en Instagram haciendo clic aquí: https://www.instagram.com/migueljoalvarez/
 
    
      
            
          