Felipe Betancur Posada ya es un hombre de 34 años que se describe a sí mismo como una persona que siempre ha buscado las oportunidades para salir adelante y hacer lo que desea.
En el año 89, recuerda que las directivas del Colegio lo llamaron y le dijeron que no sabían si regañarlo o felicitarlo, era aún muy pequeño y sabía sumar y restar pero ya le vendía de todo a sus compañeros, algo que no estaba permitido.
Recuerda que fue aquí en el Colegio donde conoció el internet y agradece mucho lo aprendido, la creatividad, el enfoque de hacer, explorar, de la autonomía y el inglés, aunque esta última parte le pareció muy pesada mientras estudiaba. Le recomienda a todos los estudiantes Montessori que aprovechen y valoren todo lo que están aprendiendo, que aunque puede que no sea lo más entretenido, si aprovechan estos espacios van a tener muchas oportunidades, no sólo en lo laboral sino también en lo personal.
Asegura que nunca fue muy sobresaliente en sus notas y además era muy inquieto, hacía daños y era una plaga, pero siempre sintió que todas las personas del Colegio estuvieron ahí para apoyarlo cada vez que necesitó algo.
Cuando finalizó el bachillerato decidió ir a estudiar Ingeniería de Producción a la Universidad Eafit, porque pensó que esta carrera tendría la combinación perfecta entre ingeniería y la parte de las ventas y los negocios. Sin embargo, en el cuarto semestre descubrió que no era así y se retiró de la Universidad para realizar una Tecnología en Internet Designer.
Cuando tenía 24 años, luego de un incendio en Moravia, visitó el lugar con dos amigas a para llevar algunos regalos y se conectó mucho con lo social, hasta ese momento de su vida todo giraba en torno al dinero y los negocios, y fue así que decidió que quería ayudar a otros, pero no de una manera asistencialista sino brindando herramientas para los discapacitados y las personas de la tercera edad.
Desde ese momento comenzó con la Fundación Todos podemos ayudar, donde Felipe diseña herramientas de fácil acceso para todos, ya que en el mercado internacional existe la tecnología para los discapacitados pero a costos muy elevados, por esto, él comenzó a realizar versiones caseras que hacían lo mismo pero de una forma diferente.
Para Felipe la dificultad más grande para una persona con discapacidad es el entorno, si los lugares son adaptados la discapacidad no existe. Por esta razón, su fundación a la fecha cuenta con 80 inventos propios y más de 10 mil recursos para discapacitados, con el objetivo de que el entorno deje de ser una barrera para estas personas.